Parte Siete
El Mensaje de Las Parábolas
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Como Fue Entonces Es Hoy También
Las parábolas de Jesús fueron historias de la vida diaria, herramientas de enseñanza que abarcaban las verdades maravillosas del reino de Dios. Aunque solamente una pequeña porción de la vida de Cristo es detallada en los evangelios del Nuevo Testamento, por las parábolas sabemos que Él estaba familiarizado con cada aspecto de la vida diaria, y Él utilizó ese gran conocimiento para ilustrar sus enseñanzas.
Mientras la gente estaba parada ante Él y escuchaban sus discursos, ellos escucharon su reclamo verbal a su mesianismo, y podían ver en sus milagros el poder de su divinidad. Pero en sus parábolas, ellos escucharon historias sencillas de la vida, historias que utilizaban actividades de la vida diaria para enseñar las verdades eternas.
Ellos podían pensar sobre el evangelio y su responsabilidad dentro de el mientras ellos sembraban en sus campos o mezclaban la levadura en su pan. Podían relacionarse con el gozo de encontrar el tesoro, ya sea que lo hayan buscado o involuntariamente lo descubrieron. Y al cuidar sus ovejas o al darles su dinero a los banqueros, ellos podían nuevamente recordar las verdades eternas que Él había enseñado.
Jesús enseñó a la gente sobre la oración, obediencia, el perdón y sobre la misericordia. Él enseñó sobre las relaciones eternas por medio de los dos grandes mandamientos. Su gente debía amar y cuidarse unos a otros, vivir en el mundo pero no ser parte de él, y dar su eterna devoción a Dios. Sus limitaciones egoístas fueron ampliadas y su visión limitada aumentó. La exactitud de la Ley Mosaica les había ayudado a determinar quién era su prójimo; el segundo gran mandamiento del evangelio les requería que revisaran en sus corazones, “¿Quién es mi prójimo?”
Por medio de talentos, minas, y viñas, el Señor enseñó responsabilidad y recompensa por trabajar en el reino, también Él expresó advertencias en las historias del rico insensato y las oraciones del fariseo y el publicano. Todo esto Él enseñó para grabar en la mente de los hijos de su Padre que las cosas del mundo no tenían relación con el reino de Dios.
Él enseñó a los judíos sobre su inminente juicio, y les recordó que su posición escogida estaba en peligro cuando Él dijo: “De piedras Dios puede levantar a los hijos a Abraham.” Él comparó a los gobernantes judíos a los labradores de la viña, y declaró que su juicio final sería basado en como cuidaron la viña.
Por medio de sus ceremonias y celebraciones de matrimonio, Él advirtió a la gente del convenio de ser invitados a las festividades era una cosa, y aceptar la invitación era otra, pero para comer con el Rey requería de mucho más.
De allí en adelante cuando los pescadores que habían escuchado sus parábolas echaran sus redes al mar, sacaran peces, separaran los buenos de los malos, serían recordados del juicio final que enfrentarían. La solemne advertencia dada a la Iglesia era que mera membresía, que sólo está bajo los auspicios del convenio, no garantizaría la entrada al reino de Dios.
Agonizando por sus reclamos verbales, sus milagros, y por su presencia, los líderes judíos buscaban una señal de Cristo para que confirmara su mesianismo. Él no les demostró su poder cuando ellos lo demandaron, pero por medio de la parábola de Lázaro y el hombre rico, Él profetiza de las señales de su venida, y finalmente cumplió con su incesante deseo con el milagro de la resurrección de Lázaro.
En su mayor parte, la gente escogida entendió las parábolas y las aplicaban correctamente. Algunos creyeron y siguieron al Salvador, buscando una guía adicional para poder entrar en su reino. Otros abiertamente lo rechazaron, rehusándose a dar su vida social o política y las riquezas del mundo. Finalmente, los líderes judíos se juntaron y discutieron como podían entramparlo en sus palabras y destruirlo.
Las parábolas tenían un significado específico para los judíos del tiempo de Cristo, aún así, su impacto se había extendido, no solamente aplicándose a nuestro tiempo, sino también para el futuro. Aunque los tiempos han cambiado, las historias fueron tan sencillamente y hermosamente expresadas que se requiere poca imaginación para aplicar los principios encerrados en ellas en nuestra vida.
El impacto de las parábolas en nuestro día, es el mismo que en los días de la antigüedad. Algunas personas escuchan la voz del Señor y aceptan su conocimiento y amor, esforzándose para ser levantados al reino de su Padre. Pro otros no creen y rechazan los principios del Señor, algunas veces buscando maneras adicionales para destruirlo. El Carpintero de Nazaret trató de muchas maneras enseñar el evangelio, y su poderoso mensaje está claramente presentado en las parábolas de Jesús el Mesías.
























