La Continuidad y la Autoridad del Sacerdocio a Través de las Dispensaciones

“La Continuidad y la Autoridad del Sacerdocio a Través
de las Dispensaciones”

Élder Mark E. Petersen
del Consejo de los Doce
Conferencia General de área para México y Centroamérica,
el sábado 26 de agosto de 1972.

La Continuidad y la Autoridad del Sacerdocio a Través de las Dispensaciones


Es un gran placer estar con vos­otros esta noche. Quisiera que me ayudaseis con mi discurso, y haceros algunas preguntas acerca del sacer­docio.

Muchos de vosotros poseéis el Sacerdocio Aarónico. ¿Quién nos puede decir cómo obtuvimos el Sacerdocio Aarónico?

Respuesta: Juan el Bautista.

¿Y cuándo restauró Juan el Bau­tista este sacerdocio?

Respuesta: El 15 de mayo de 1829.

Muy bien. Así que Juan el Bau­tista trajo nuevamente el sacerdocio a la tierra el 15 de mayo de 1829. ¿Cuántos pueden recordar esto? Le­vantad la mano.

Digámoslo en voz alta. 15 de mayo de 1829.

¿A quién ordenó Juan el Bau­tista?

Respuesta: A José Smith y a Oli­verio Cowdery.

A José Smith y a Oliverio Cow­dery. ¿A alguien más? ¿Ordenó él a alguien más?

Respuesta: No.

El mismo sacerdocio

Solamente ordenó a estos dos hombres. Ahora, ¿qué fue lo que os dijo el obispo Brown acerca de esta ordenación? Os dijo que vosotros poseéis el mismo sacerdocio que poseía Juan el Bautista. ¿Es esto lo que el obispo quiso decir?

Respuesta: Sí.

Ahora poneos en pie todos. Re­petid al unísono: “Yo poseo el mismo sacerdocio que Juan el Bautista po­seía.”

Congregación: “Yo poseo el mis­mo sacerdocio que Juan el Bautista poseía.”

Cuando este joven diácono estu­vo aquí, nos dijo cómo debemos vivir. Dijo que debemos llevar una vida buena y limpia. ¿Todos creen eso? ¿Cuántos lo creen?

(Todos levantaron la mano)

Gracias. ¿Cuántos de vosotros estáis dispuestos a llevar una vida buena y limpia para ser dignos de este sacerdocio?

(Todos levantaron la mano)

Gracias.

El Sacerdocio de Melquisedec

Ahora quisiera pedir a todos los varones que poseen el Sacerdocio de Melquisedec que se pongan de pie.

Muy bien. Pidámosle a uno de estos hermanos que venga al estrado. ¿Quién quiere venir? Pasen los dos.

¿Su nombre?

Respuesta: Rogelio Pérez; Luis Galicia. ¿Saben ustedes en qué fecha se restauró el Sacerdocio de Melquisedec?

Respuesta: En el mismo año, aproximadamente un mes después, un día de julio.

Muy bien, ¿Nos pueden decir que oficios hay en el Sacerdocio de Melquisedec?

Respuesta: Eider, setenta y sumo sacerdote.

Díganme otros dos llamamientos que hay en el Sacerdocio de Melqui­sedec.

Respuesta: Obispo y patriarca.

El obispo es un oficial del Sacer­docio Aarónico, pero el patriarca es uno de los que pregunté. El patriar­ca es un oficial en el Sacerdocio de Melquisedec, y luego uno más.

Respuesta: Apóstol.

Entonces tenemos en el Sacer­docio de Melquisedec, élder, setenta, sumo sacerdote, patriarca y apóstol.

La autoridad del Profeta

Ahora, esta noche nos visitó el profeta de la Iglesia. ¿Sabéis vosotros cuánta autoridad posee el Presidente de la Iglesia? Pensemos por un mo­mento en el profeta José Smith. ¿Quién confirió el Sacerdocio Aaró­nico a José Smith?

Respuesta: Juan el Bautista.

¿Por quién fue ordenado apóstol el profeta José Smith?

Respuesta: Pedro, Santiago y Juan.

Así que, José Smith fue orde­nado apóstol por Pedro, Santiago y Juan. Esta fue parte de su ordenación en el Sacerdocio de Melquisedec, pero también vinieron otros hom­bres y confirieron otros poderes a José Smith. ¿Quién puede decirnos qué otros ángeles vinieron y le confirieron a José Smith ciertos poderes?

Respuesta: Moisés y Elías el pro­feta.

¿Quién más? ¿Cuáles ángeles vinieron? Tenemos a Moisés y a Elías el profeta, al otro Elías, ¿y a quién más?

Respuesta; Adán.

¿Qué poder restauró Adán a José Smith?

(No hubo respuesta.) Entonces os diré. Adán trajo las llaves de la Pri­mera Presidencia. José Smith recibió de Adán las llaves de la Primera Pre­sidencia, el cual regresó y lo visitó. Recibió el poder del recogimiento de Israel por medio de Moisés, que regresó para verlo. Elías el profeta trajo nuevamente los poderes que usamos en relación con nuestra obra en el templo.

El cumplimiento de los tiempos

¿Sabe alguien por qué llamamos a nuestra época “la dispensación del cumplimiento de los tiempos”? ¿Por qué es esta la dispensación del cum­plimiento de los tiempos? ¿Se usa esta expresión en México? ¿Sí? Se usa esa expresión aquí, pero ¿qué significa?

Respuesta: Que tenemos el bene­ficio de la plenitud del evangelio.

Tenemos la plenitud del evan­gelio.

Respuesta: Que todas las cosas serán reunidas en una.

Ese es el punto. Nuestra época es diferente de cualquier otro pe­ríodo en la historia del mundo en que la Iglesia se ha encontrado sobre la tierra. En el tiempo de Moisés, la obra de Moisés allí estaba, me refiero a la clase de trabajo que tuvo que efectuar. Cuando Adán estuvo en la tierra, recibió ciertos poderes. Elías el profeta tenía ciertos poderes. Varios otros profetas también. Tu­vieron poderes correspondientes a su época; pero no poseían los poderes que pertenecen a cualquier otro tiempo. Elías el profeta no tuvo el poder que Moisés poseía. Moisés no poseyó el poder que Elías poseía, ni Isaías el de Moisés.

Los apóstoles de Jesucristo poseyeron ciertos poderes. Isaías no tuvo estos poderes, ni los tuvo Elías el profeta. A pesar de lo grande que fue Elías el profeta, no fue ordenado apóstol A pesar de lo grande que fue Moisés, tampoco fue ordenado após­tol. A pesar de lo grande que fueron Abraham, Isaac y Jacob, nunca fueron apóstoles ordenados.

Podemos ver que en las varias etapas de la historia, los hombres han poseído ciertos llamamientos que pertenecían a sus propios días. Nuestra época actual es diferente de todas las demás. La razón es que todos los poderes relacionados con los primeros días han sido traídos a nosotros en nuestro tiempo. Por tanto, José Smith tuvo el poder que Pedro, Santiago y Juan le confirieron. Tuvo el poder que Moisés le confirió; el que le confirió Elías el profeta; el que Adán le confirió. Veis como los poderes de todas las épocas an­teriores ahora se juntaron en un solo hombre, José Smith.

— En una ocasión en que Pedro hablaba, dijo que antes de la segun­da venida de Cristo sería restaurado todo lo que Dios había hablado por boca de todos sus santos profetas, desde el principio del mundo. Esto es lo que constituye a ésta en la dis­pensación del cumplimiento de los tiempos. Esto se llevó a cabo por medio de José Smith. Todos los po­deres que existieron en las dispensa­ciones anteriores ahora se han juntado en una en nuestro tiempo. Recorde­mos que a José Smith se le confirió toda la autoridad en el sacerdocio que todos estos profetas anteriores pose­yeron. Esto hizo a José Smith el pro­feta más eminente que jamás ha estado sobre la tierra, con excepción de Cristo. José Smith, pues, poseyó más autoridad de Dios que la que cualquier otro hombre tuvo antes.

La autoridad de los Doce Apóstoles y del Presidente de la Iglesia

Ahora bien, esta es la lección que deseo enseñar: Antes de morir, José Smith confirió toda esta autori­dad a los doce apóstoles. Ha sido transmitida por conducto de los apóstoles hasta el Presidente de la Iglesia en nuestros días.

El presidente Lee estuvo aquí ante vosotros. El posee toda la auto­ridad de Dios que José Smith ja­más recibió de los ángeles.

Toda la autoridad que José recibió de los ángeles ha sido trans­mitida hasta el Presidente de la Igle­sia en la actualidad.

Pensad en el gran hombre que es el presidente Lee. Pensad cuán gran­des han sido cada uno de los Presi­dentes de la Iglesia. Procurad com­prenderlo.

El presidente Lee estuvo ante vosotros aquí. Él tiene el poder que Adán restauro, el que Moisés res­tauró, el que restauró Elías el profeta, el que restauraron Pedro, Santiago y Juan, el que Juan el Bautista res­tauró. Toda esta autoridad la posee el Presidente de la Iglesia actual­mente.

Poder divino

El presidente Lee es el Presi­dente de la Iglesia. Es nuestro Pro­feta, Vidente y Revelador. Pensemos en los tremendos poderes divinos que se le han dado a este hombre.  ¿No fue, pues, un gran privilegio y honor que él nos visitara?

Dios habla a la Iglesia por medio del Presidente de la Iglesia. Esa es la razón por la cual lo llamamos pro­feta. El habla bajo el poder del Espí­ritu Santo. Por lo tanto, lo que él nos dice es como Escritura. Todos debéis asistir mañana y escuchar al presi­dente Lee hablar en la asamblea general. Al escucharlo hablar, tened presente que él es el profeta y porta­voz de Dios. Recordad también que Dios habla por medio de él, y Dios da a vosotros su mensaje divino por medio del presidente Lee. El Presi­dente de la Iglesia es en verdad el profeta de Dios. Fuimos bendecidos con mi presencia esta noche. También seréis grandemente bendecidos con su presencia mañana, así que no dejéis de ir a escucharlo.

Dios os bendiga a todos. Ha sido un gran privilegio estar con vosotros. Suplico que su Espíritu pueda estar siempre con vosotros, y lo hago en el nombre de Jesucristo. Amén.


Resumen:

El discurso de Elder Mark E. Petersen es profundamente informativo y se centra en la importancia y continuidad del sacerdocio en la historia y doctrina de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

El Élder Petersen inicia al recordar la restauración del Sacerdocio Aarónico por Juan el Bautista el 15 de mayo de 1829 a José Smith y Oliverio Cowdery. Este acto es presentado no solo como un evento histórico, sino como una conexión personal y directa que los miembros tienen con la historia de la Iglesia a través del sacerdocio que poseen.

De manera similar, menciona la restauración del Sacerdocio de Melquisedec, subrayando la continuidad y expansión de la autoridad sacerdotal a través de figuras como Pedro, Santiago y Juan, quienes ordenaron a José Smith.

Detalla los distintos oficios dentro del Sacerdocio de Melquisedec, como élder, setenta, sumo sacerdote, patriarca y apóstol, y destaca la singularidad de cada uno en contribuir a la estructura y función de la Iglesia.

El discurso pone un énfasis particular en la figura de José Smith, no solo como un receptor del sacerdocio sino como una figura clave en la restauración de múltiples poderes y autoridades que pertenecieron a figuras bíblicas y proféticas a lo largo de la historia.

Elder Petersen utiliza esta sección para enfatizar la idea de que la actual dispensación es única porque en ella se han restaurado todos los poderes y autoridades de dispensaciones pasadas, lo que la hace la época de la plenitud del evangelio.

Esta idea refuerza la concepción de que la Iglesia actual no es solo una restauración sino también una culminación de todas las épocas anteriores de la obra de Dios.

Este discurso es notable por su capacidad de conectar doctrina, historia y aplicación personal de una manera que es accesible y motivadora para los miembros de la Iglesia. La forma en que el Élder Petersen intercala preguntas y respuestas y solicita la participación activa de la congregación no solo refuerza la retención de la información, sino que también crea un sentido de comunidad y pertenencia entre los oyentes.

Sin embargo, el discurso también podría ser visto como altamente centrado en la figura de José Smith, lo que para algunos podría oscurecer el enfoque en Jesucristo. A pesar de esto, es claro que la intención es mostrar cómo Dios ha trabajado a través de profetas y líderes a lo largo del tiempo para preparar y restaurar su Iglesia en la plenitud de los tiempos.

En conclusión, este discurso de el Élder Petersen sirve como un recordatorio potente y doctrinalmente rico de la continuidad de la obra de Dios y el papel central del sacerdocio en esa obra, subrayando tanto la responsabilidad como el privilegio que conlleva ser portador del sacerdocio en la dispensación final.

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