Apéndice Siete
Revelación dada en el camino a Cloudpiler
La Ley de Consagración
- He aquí, cuando hacen convenio de guardar la Ley de Consagración, hacen convenio de confiar en el Señor en todas las cosas y de no apoyarse en su propio entendimiento. Porque las leyes y dictados de los hombres se centran en la propiedad. Pero yo les digo, el hombre no tiene propiedad, porque el mundo es el estrado de Mis pies. Por lo tanto, ¿cómo puede alguien reclamarlo a menos que me reclame a Mí? Y si no conozco al reclamante, ¿cómo podrá entonces reclamar aquello que no le pertenece? En verdad, da falso testimonio y lo vomitaré.
- Por lo tanto, no piensen en sus posesiones como su propia propiedad. Yo les doy Mi sustancia para probarlos, para ver si serán buenos mayordomos de Mi propiedad. El buen mayordomo obtendrá más de lo que este mundo puede producir en el reino de Mi Padre. Por lo tanto, si desean riquezas, recuerden que son Mías y las doy al mayordomo que hará Mi voluntad continuamente. En consecuencia, si son buenos mayordomos y desean riquezas, las desearán solo porque les permitirán realizar las cosas que Yo les mandaré. Sí, buscarán riquezas para Mis propósitos y no para los suyos.
- En verdad les digo, la Ley de Consagración simplemente significa que aceptarán de Mí el llamado de ser Mis mayordomos y que usarán las bendiciones que les doy voluntaria y prudentemente para su propio mantenimiento. Y aquello que no necesiten para su mantenimiento, lo darán libremente a aquellos de Mis hijos que tengan necesidad. Sí, darán de su excedente a los pobres, a los cojos, a los enfermos, a los necesitados. Visitarán a la viuda en su soledad y juzgarán prontamente las necesidades de los huérfanos y serán como un padre o una madre para ellos.
- Y esto lo harán libremente, con gozo en su corazón, sin ser mandados a hacerlo y sin resentimiento. Porque quien se resiente con los necesitados, me roba. Sí, quien retiene su incremento y no lo da al que no tiene suficiente, roba el fruto de Mi viña y será juzgado. No aprobaré sus obras y, en el gran y terrible día, todos aquellos que necesitaban Mi sustancia de él, y no quiso darla, se levantarán contra él con palabras duras y no lo justificaré.
- Entonces deberá ese estar solo en el orgullo de su corazón ante Mi Padre. Que confíe entonces en su propiedad. En verdad, estará desnudo ante el tribunal de juicio y no habrá nadie que lo llame amigo. Y estará plenamente consciente de su culpa y su indignidad. Sí, en su desnudez ante el Padre, todo será conocido y no habrá nadie que diga: Sí, Padre, él ha pecado y es indigno. Pero es mi amigo y he pagado el precio por él porque creyó. Por lo tanto, déjalo entrar por causa mía.
- Que clame su caso solo. Que haga su reclamo contra los pobres y necesitados. Sí, que intente convencer al Padre, como se convenció a sí mismo en su orgullo, de que los pobres y necesitados son mendigos y que han traído sobre sí mismos su condición por su propia insensatez. Que sugiera que la viuda no tenía derecho sobre su propiedad. Que profese que los huérfanos no tenían ningún reclamo sobre él. ¡Ay de tal persona!
- Les digo, no hará tal profanación ante el gran Dios de los cielos, sino que cerrará su boca. Y habrá llanto y lamento y crujir de dientes. Porque este hizo convenio de guardar la Ley de Consagración y luego profanó el estrado del Creador y pisoteó el rostro de los pobres. Por lo tanto, sean buenos mayordomos todos los que quieran tomar sobre sí este convenio. Si no, sería mejor que nunca me hubieran conocido.
- Que el hombre trabaje con el sudor de su frente para ganarse el sustento. Porque el obrero es digno de su salario y Yo no le niego Mi sustancia a nadie. Porque, ¿no son todos ustedes necesitados ante Mí? Entonces, ¿cómo no voy a proveer para ustedes con Mi sustancia? Pero que trabaje honestamente ante Mi rostro y lo prosperaré. Y si realmente está necesitado, que mis santos no le nieguen Mi sustancia en Mi nombre.
- Que todos los que tengan excedente lo den a aquellos que no tengan suficiente para su mantenimiento primero. Luego, cuando todos los necesitados hayan sido atendidos por la pureza y sencillez del corazón de sus vecinos, que el excedente sea usado para crear oportunidades para que los necesitados superen sus dificultades. Este es el uso de los recursos del cual estoy bien complacido. Y toda persona que use Mi sustancia para crear propiedad, que lo haga con esta sencillez en mente.
- He aquí, esta no es la Ley del Diezmo. Pues aún es conveniente a Mi vista que Mi iglesia tenga suficiente para sus necesidades también. Por lo tanto, que parte del excedente se destine a edificar Mi iglesia. Pero la mayor parte debe estar en manos de Mis mayordomos para que lo distribuyan según lo dicte el Espíritu. Que todos los que deseen ser Mis siervos acepten esta mayordomía.
- Así crecerá Mi iglesia y los necesitados no carecerán. He aquí, Mis santos tendrán todas las cosas en común y no habrá pobres entre ellos. Sí, ningún niño conocerá necesidad, ni hambre, ni sed, ni frío, y jamás se escuchará en los cielos el clamor de la viuda.
- Porque es una gran vergüenza para Mí que tantos en este día tomen sobre sí la Ley de Consagración mediante convenio, y sin embargo el clamor de los necesitados se eleve continuamente desde Mis santos. ¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo pueden tantos considerarse dignos de entrar en Mi Santa Casa cuando tanto está mal en la suya? ¿Y cómo pueden tantos creerse justificados al acumular riquezas ante tanta necesidad?
- Sí, los niños claman a Mí y sus vientres están vacíos. Y los cojos claman a Mí, y los enfermos. Y no hay fin a la distinción entre los que tienen y los que no tienen. Por lo tanto, ¿pueden mostrarme alguno de Mis barrios y estacas donde no haya quienes se levanten ante el cuerpo de Mis santos y exalten sus propias virtudes porque su Señor los ha bendecido tanto, pero que se nieguen a proveer su excedente a los pobres y que retengan para sí mismos y para el futuro la abundancia que Yo les doy? Les digo que no hay ninguno que se encuentre en toda Mi iglesia. En verdad, todas las mesas están llenas de vómito.
- ¿Cómo ha sido alterada Mi palabra? ¿Cómo se ha convertido el púlpito de Mi iglesia en un Rameumptom? Es porque Mis pastores no han enseñado la Ley de Consagración. Mis pequeños han sido criados con amor al dinero y adoración a la propiedad. Mis santos se sientan y escuchan a Mis pastores y siguen sus enseñanzas. ¿Por qué no habrían de hacerlo? Sin embargo, la ley del hombre sobre la propiedad ha echado raíces en los corazones de los hombres y domina sus almas.
- De lo contrario, encuéntrenme al hombre que no se preocupe por el mañana, tal como enseñé a Mis siervos. ¿Hay alguien así en Sión que no atraiga sobre sí una tormenta de críticas de sus vecinos? ¿Y qué hombre entre ustedes que ha trabajado toda su vida para proveer para su familia, pero no ha provisto para su vejez, no cosecha una tormenta de desprecio de todos a su alrededor? ¿Qué joven en Mi iglesia no trabaja para ganar el mundo? ¿Y quién entre ustedes no desea más, aunque tenga suficiente para sus necesidades?
- He aquí, que el que tenga ojos abiertos vea y entienda. Toda Mi iglesia está al borde de un precipicio debido a las enseñanzas de Mis pastores. En verdad, vienen tiempos que pondrán a prueba la fortaleza de Mi pueblo. En ese día, si han puesto sus corazones en sus propiedades, se sentirán amargamente decepcionados. Y que todos aquellos que han acumulado riquezas y no rectitud, tomen de ese dinero y compren potaje con él. He aquí, les digo, todo su dinero solo comprará una medida de harina y un poco de aceite, y harán un último pan para comer antes de perecer. Y si no han acumulado reservas de rectitud, ¿quién será su profeta para extender la harina y el aceite hasta que termine la hambruna?
- Pero aquellos que guarden la Ley de Consagración tendrán suficiente para sus necesidades y aún un excedente, incluso en el día de la ira. Entonces los puros de corazón prosperarán, aunque no tengan propiedades.
(Se asigna a la asamblea tiempo para reflexionar y orar sobre la Ley de Consagración y el convenio y señal asociados con ella.)
























