Testigo del Martirio

Capítulo 15

Notas de John Taylor


Además de lo anterior, añado lo siguiente:

El Dr. Bernhisel me informó que José, mirándolo fijamente al rostro y con la solemnidad de la eternidad, dijo:
“Voy como un cordero al matadero, pero estoy tan tranquilo como una mañana de verano. Tengo la conciencia limpia de ofensa hacia Dios y hacia los hombres.”
Lo oí declarar, en respuesta a una pregunta hecha ya sea por mí o por alguien cercano, respecto al mejor curso a seguir:
“Ahora no estoy actuando según mi propio juicio; otros deben aconsejar, y no yo, por el momento,” o palabras en ese mismo sentido.

Las observaciones del gobernador sobre la imprenta pueden ser parcialmente correctas, en lo que respecta a la tecnicidad legal y al procedimiento en la administración de la ley. El modo adecuado, tal vez, habría sido que el consejo de la ciudad aprobara una ordenanza con respecto a la remoción de molestias públicas, y que luego el tribunal municipal ordenara su eliminación tras recibir una queja. Sea como fuere, solo fue una variación de forma, no de fondo, pues el tribunal municipal formaba parte del consejo, y todos votaron; y además, algún tiempo después del asesinato, el gobernador Ford me dijo que la imprenta debía haber sido eliminada, pero que fue una mala política hacerlo como lo hicimos; que si solo hubiéramos dejado que una turba lo hiciera, en lugar de usar la ley, podríamos haberlo hecho sin dificultad, y nadie habría sido implicado. Así, el gobernador —que habría hecho la vista gorda ante las acciones de una turba— prestó su ayuda a, o al menos toleró, los actos de violencia de la turba en el asesinato de José y Hyrum Smith por haber eliminado una molestia pública conforme a la ley, debido a una supuesta informalidad en el procedimiento legal o una tecnicidad jurídica.

Debo decir aquí que no creo que el gobernador Ford haya planeado el asesinato de José y Hyrum Smith; pero al ser un hombre que cortejaba la opinión popular, no tuvo la firmeza para resistirse a la turba, aun cuando esta buscaba mancharse las manos con sangre inocente; se prestó a sus designios y así se hizo partícipe de sus malas acciones.

Ilustraré esta espinosa cuestión con el siguiente documento oficial, que apareció en el Deseret News, Núm. 30:

Dos de los hermanos llegaron esta noche (13 de junio de 1844) desde Carthage, y dijeron que unas 300 personas pertenecientes a la turba estaban reunidas allí, con la intención declarada de marchar contra Nauvoo.
También dijeron que Hamilton [el dueño de la posada] pagaba un dólar por fanega de maíz para alimentar a sus animales.

Lo siguiente fue publicado en la Oficina del Warsaw Signal; lo incluyo como muestra de la corrupción sin precedentes y de la falsedad diabólica a la que ha llegado la humanidad en esta generación:

En una asamblea general de los ciudadanos del condado de Hancock, convocada en Carthage el 11 de junio de 1844, se nombró al Sr. Knox como presidente, a John Doty y Lewis F. Evans como vicepresidentes, y a William Y. Head como secretario.

El Sr. Henry Stephens presentó las siguientes resoluciones, aprobadas previamente en una reunión de ciudadanos de Warsaw, y urgió su adopción como el sentir de esta reunión:

Preámbulo y Resoluciones

Considerando que nos ha llegado información, sobre la cual no puede caber duda alguna, de que las autoridades de Nauvoo aprobaron recientemente una ordenanza declarando que una imprenta y periódico publicados por los opositores del Profeta eran una molestia pública, y que en cumplimiento de dicha ordenanza ordenaron al alguacil de la ciudad y sus adherentes que ingresaran por la fuerza al edificio desde donde se emitía el periódico, y que tomaran posesión de la imprenta y los materiales de impresión, empleando la violencia si fuera necesario, y que posteriormente los quemaran y destruyeran;

Y considerando que, en cumplimiento de dicha ordenanza, el alguacil y sus adherentes, junto con una turba de mormones, ingresaron violentamente a dicho edificio al anochecer del día 10 del presente mes, de manera tumultuosa, y quemaron y destruyeron la imprenta y otros materiales hallados en el lugar;

Y considerando que Hyrum Smith, en presencia del consejo de la ciudad y de los ciudadanos de Nauvoo, ofreció una recompensa por la destrucción de la imprenta y materiales del Warsaw Signal —un periódico también contrario a sus intereses—;

Y considerando que la libertad de prensa es uno de los principios cardinales de nuestro gobierno, firmemente garantizado por las diversas constituciones de los estados, así como por la Constitución de los Estados Unidos;

Y considerando que Hyrum Smith ha amenazado públicamente la vida de uno de nuestros más valiosos ciudadanos, Thos. C. Sharp, editor del Signal, en el transcurso de la última semana:

Por lo tanto, queda solemnemente Resuelto por los ciudadanos de Warsaw reunidos en asamblea pública:

Que consideramos la reciente ordenanza de la ciudad de Nauvoo, y los actos cometidos en virtud de ella, como un ultraje de carácter alarmante, revolucionario y tiránico en su tendencia, y que, al haberse hecho bajo el amparo de la ley, están calculados para subvertir y destruir en la mente del pueblo toda confianza en la legalidad.

Resuelto, Que como comunidad deseamos, siempre que sea posible, reparar nuestros agravios por medios legales; pero ha llegado el momento en que la ley ha dejado de ser una protección para nuestras vidas y propiedades; una turba en Nauvoo, amparada en una ordenanza municipal, ha violado el privilegio más alto de nuestro gobierno, y buscar una reparación por los medios ordinarios sería completamente ineficaz.

Resuelto, Que la amenaza pública hecha en el consejo de la ciudad no solo de destruir nuestra imprenta, sino de quitar la vida a su editor, es suficiente, en conexión con el reciente ultraje, para exigir los esfuerzos y servicios de todo buen ciudadano para poner fin inmediato a la carrera del enloquecido Profeta y sus demoníacos cómplices. No solo debemos defendernos del peligro, sino que debemos llevar resueltamente la guerra al campamento del enemigo. Por lo tanto, declaramos que sostendremos nuestra prensa y a su editor a toda costa. Que tomaremos plena venganza—una venganza terrible—si se pierde la vida de alguno de nuestros ciudadanos en el intento. Que estamos siempre preparados para cooperar con nuestros conciudadanos de este estado, de Misuri y de Iowa, para exterminar, EXTERMINAR TOTALMENTE, a los malvados y abominables líderes mormones, autores de nuestros males.

Resuelto, Que se nombre inmediatamente un comité de cinco personas para notificar a todos los sospechosos de nuestro municipio de ser herramientas del Profeta que abandonen el lugar inmediatamente bajo pena de VENGANZA INMEDIATA. Y recomendamos a los habitantes de los municipios vecinos que hagan lo mismo, comprometiéndonos a prestar toda la asistencia que puedan requerir.

Resuelto, Que ha llegado, en nuestra opinión, el momento en que los seguidores de Smith, como cuerpo, deben ser expulsados de los asentamientos circundantes hacia Nauvoo; que el Profeta y sus miserables seguidores deben ser entonces exigidos de sus manos, y que si no son entregados, SE DECLARE UNA GUERRA DE EXTERMINIO, hasta la destrucción total, si es necesario para nuestra protección, de sus seguidores. Y por la presente recomendamos esta resolución a la consideración de los diversos municipios en la convención general que se celebrará en Carthage, comprometiéndonos a contribuir al máximo a la completa consumación del objetivo propuesto, para que podamos ser totalmente librados del temor, la ansiedad y el sufrimiento al que ahora estamos sometidos.

Resuelto, Que cada ciudadano se arme, y esté preparado para sostener las resoluciones aquí contenidas.

El Sr. Roosevelt se levantó e hizo un breve pero elocuente discurso, y pidió a los ciudadanos de todo el país que brindaran ayuda eficaz para cumplir con el espíritu de las resoluciones. El Sr. Roosevelt propuso entonces que el presidente designara un comité de siete personas para redactar resoluciones que expresaran nuestras acciones futuras.

El Sr. Catlin propuso enmendar la moción del Sr. Roosevelt, de modo que el comité estuviera compuesto por un miembro de cada distrito electoral; dicha moción, enmendada, fue adoptada.

El presidente entonces nombró a los siguientes como dicho comité:—Coronel Levi Williams, distrito de Rocky Run; Joel Catlin, Augusta; Samuel Williams, Carthage; Elisha Worrell, Chili; Capitán Maddison, St. Mary’s; John M. Ferris, Fountain Green; James Rice, Pilot Grove; John Carns, Bear Creek; C. L. Higbee, Nauvoo; George Robinson, La Harpe; y George Rockwell, Warsaw.

A propuesta del Sr. Sympson, se pidió al Sr. Walter Bagby que dirigiera unas palabras a la reunión durante la ausencia del comité. Habló larga y elocuentemente sobre las causas de nuestros agravios, y expresó su creencia de que ha llegado el momento en que estamos llamados, individual y colectivamente, a rechazar las innovaciones sobre nuestras libertades, y sugirió que se designen puntos como lugares de campamento para reunir nuestras fuerzas, de modo que estemos preparados, cuando se nos llame, para actuar eficazmente.

El Dr. Barns, una de las personas que fue con los oficiales a Nauvoo con el propósito de arrestar a los amotinados, acababa de llegar, y entró a la reunión para informar los resultados de su procedimiento —que fue que las personas acusadas en los mandamientos fueron debidamente arrestadas, pero sacadas de las manos del oficial mediante un mandamiento de habeas corpus del tribunal municipal, y puestas en libertad, con las siguientes poderosas palabras inscritas en los registros— ABSUELTOS HONROSAMENTE.

A propuesta del Sr. O. C. Skinner, se ofreció un voto de agradecimiento al Dr. Barns por ofrecer voluntariamente sus servicios en la ejecución de dichos mandamientos judiciales.

Se pidió con insistencia la presencia de Francis M. Higbee. Él declaró tener conocimiento personal de los mormones desde sus primeros días, a lo largo de toda su infernal trayectoria en Misuri y en este estado, la cual, según dijo, se había caracterizado por los actos más oscuros y diabólicos que jamás hayan deshonrado a la humanidad.

El comité designado para redactar las resoluciones presentó el siguiente informe, que tras una considerable discusión, fue adoptado por unanimidad:

Informe del Comité

Considerando que el oficial encargado de ejecutar un mandamiento judicial contra José Smith y otros, por disturbio en el condado de Hancock, ha cumplido con dicho mandamiento con respecto a Smith y los demás;

Y considerando que dicho Smith y otros se niegan a obedecer el mandato del citado mandamiento;

Y considerando que, en opinión de esta reunión, es imposible que dicho oficial reúna una fuerza suficiente para ejecutar el mandamiento;

Y considerando que es opinión de esta reunión que el disturbio continúa y que se medita y ha sido decidido el uso de la violencia;

Es opinión de esta reunión que las circunstancias del caso requieren la intervención del poder ejecutivo:

Resuelto, Que se envíe una delegación de dos hombres prudentes a Springfield para solicitar dicha intervención.

2.º Resuelto, Que dicha delegación sea provista con una copia certificada de la resolución, y que esté autorizada para obtener evidencia mediante declaraciones juradas y por otros medios respecto a la violencia ya cometida, y la que aún se planea.

El Dr. Evans se levantó entonces y expresó su deseo de que las resoluciones anteriores no retrasaran nuestras operaciones, sino que cada uno se armara y se equipara de inmediato.

Las resoluciones aprobadas en Warsaw fueron nuevamente leídas por el Dr. Barns, y aprobadas por aclamación.

A propuesta del Sr. A. Sympson, fue adoptada la sugerencia del Sr. Bagby de designar lugares de campamento, a saber: Warsaw, Carthage, Green Plains, Spilman’s Landing, Chili y La Harpe.

A propuesta, los Sres. O. C. Skinner y Walter Bagby fueron designados como comité para llevar las resoluciones adoptadas por esta reunión a su excelencia el gobernador, solicitando su intervención ejecutiva.

A propuesta del Sr. J. H. Sherman, se nombró un Comité Central de Correspondencia.

Se ordenó que J. H. Sherman, H. T. Wilson, Chauncey Robinson, Wm. S. Freeman, Thomas Morrison, F. M. Higbee, Lyman Prentiss y Stephen H. Tyler conformaran dicho comité.

A propuesta de George Rockwell,

Resuelto, Que los alguaciles de los distintos distritos electorales se mantengan preparados para obedecer al oficial que posea los mandamientos judiciales, siempre que sean convocados para reunir una fuerza.

A propuesta, se levantó la sesión.

John Knox, Presidente.

John Doty,
Lewis F. Evans,
Vicepresidentes.

  1. Y. Head, Secretario.

Lo siguiente concluirá la “Cuestión del Expositor”:

Nauvoo, 14 de junio de 1844.

Relato de Joseph Smith sobre el asunto del Expositor

SEÑOR,—Le escribo esta mañana brevemente para informarle de los hechos relativos al retiro de la imprenta y los implementos del Nauvoo Expositor, considerado una molestia pública.

Los días 8 y 10 del presente mes fueron dedicados por el concejo municipal de Nauvoo a recibir testimonio sobre el carácter del Expositor, así como el carácter y los propósitos de sus propietarios.

En la investigación, le pareció evidente al consejo que los propietarios eran un grupo de personas sin principios, libertinas, fuera de la ley, falsificadores, fabricantes de moneda falsa, jugadores, perturbadores de la paz, y que el gran objetivo de dichos propietarios era destruir nuestros derechos constitucionales y privilegios otorgados por la carta; derrocar todas las normas sanas y provechosas de la sociedad; fortalecerse contra el municipio; armarse contra la Iglesia de la cual soy miembro, y destruir todos nuestros derechos y privilegios religiosos mediante calumnias, difamaciones, falsedades, perjurios, etc., sin escatimar en corrupción alguna para lograr sus infernales propósitos. Además, se determinó que dicho periódico era en sí mismo una calumnia de la más vil especie, y muy perjudicial como vehículo de difamación, tendiente a corromper la moral y perturbar la paz, la tranquilidad y la felicidad de toda la comunidad, y en especial la de Nauvoo.

Después de una larga y paciente investigación del carácter del Expositor, así como de los caracteres e intenciones de sus propietarios, de la Constitución, las cartas orgánicas (véanse los apéndices a la Carta de Nauvoo desde la Carta de Springfield, D&C 7), y de todas las mejores autoridades sobre el tema (véase Blackstone III.5, nota, etc. etc.), el consejo de la ciudad decidió que era necesario, para la “paz, beneficio, buen orden y regulación” de dicha ciudad, y para la “protección de la propiedad” y para la “felicidad y prosperidad de los ciudadanos de Nauvoo,” que dicho Expositor fuera eliminado; y declarando al Expositor como una molestia pública, ordenaron al Alcalde que hiciera que se removiera sin demora, orden que fue confiada al Alguacil mediante el debido proceso, y por él ejecutada el mismo día, removiendo el periódico, la prensa y los implementos a la vía pública, y quemándolos; todo lo cual se hizo sin disturbio, ruido, tumulto ni confusión, como ya ha sido demostrado ante las autoridades municipales de la ciudad; y los pormenores de toda la transacción podrán esperarse en nuestro próximo número del Nauvoo Neighbour.

Le envío este bosquejo apresurado para que Vuestra Excelencia esté al tanto de los informes falsos que nuestros enemigos están circulando, de que ha habido una “turba en Nauvoo,” y “sangre y truenos,” y “juramentos de que dos hombres fueron asesinados,” etc., etc., como oímos desde el exterior; todo ello es falso—falso como lo pueda inventar Satanás—y que no se ha hecho aquí otra cosa sino lo que ha estado en perfecta conformidad con los más estrictos principios de la ley y el buen orden por parte de las autoridades de esta ciudad; y si Vuestra Excelencia no está satisfecho, y no quedara satisfecho después de leer todo el procedimiento—el cual estará disponible pronto—y solicitara una investigación sobre nuestro municipio ante el Juez Pope, o ante cualquier tribunal legal en la capital, basta con que nos escriba su deseo y acudiremos; no le molestaremos con requerimientos ni enviaremos oficiales en nuestra defensa.

Permanezco como siempre, un amigo de la verdad, del buen orden,
Y humilde servidor de Vuestra Excelencia,

[Firmado] Joseph Smith

A Su Excelencia Thomas Ford.

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