CAPÍTULO 14

Experiencias especiales (1956-57)

Nuestro vecino en 960 South Thirteenth East era Charles F. Solomon, quien estaba en sus ochentas cuando vino a hablar a nuestro hogar el 15 de abril de 1956. Él había tenido contacto cercano con aquellos que conocieron a los Tres Testigos del Libro de Mormón. Grabé varias partes de su presentación, sabiendo que esa información sería valiosa en los años venideros.

El hermano Solomon se refirió a las profecías en el libro de Éter 5:1-4 y 2 Nefi 24. El abuelo del hermano Solomon recibió $5,000 de José Smith para comprar el terreno del templo en Independence, Misuri—una parcela de sesenta y tres acres, algunos de propiedad de los “Hedrikitas” y otros de los “Reorganitas.”

«En su lecho de muerte, Oliver Cowdery testificó a William Biggerton que había visto al ángel», dijo el hermano Solomon. Él supo de este testimonio directamente de William Biggerton.

«Oliver Cowdery fue excomulgado de la Iglesia y luego ejerció la abogacía en Minnesota. Allí, en un tribunal, muchos años después de su excomunión, reafirmó su testimonio de que había visto al ángel, y pronunció palabras en el sentido de que “no puede negar, no se atreve a negar” la realidad de esa experiencia.

«David Whitmer murió en Richmond, Misuri, en 1888. Angus M. Cannon [amigo del hermano Solomon] estuvo con David Whitmer en su lecho de muerte y escuchó un fuerte testimonio de su parte en ese momento. El día después de la muerte de David Whitmer, el presidente Cannon supo la historia de que algunos hombres habían embriagado al hermano Whitmer en una ocasión, pero incluso entonces él dio un firme testimonio de que sus experiencias concernientes al Libro de Mormón eran verdaderas. David Whitmer nunca admitió la pérdida de su membresía en la Iglesia.»

Con respecto a Martín Harris: Edward Stevenson, quien viajó en el campo misional con el hermano Solomon, recaudó fondos para llevar a Martín Harris a Utah. La tumba del hermano Harris está en Clarkston, Utah.

William Horton le dijo al hermano Solomon que él había escuchado a Martín Harris testificar que vio al ángel y las planchas. Martín Harris, hijo, realizó la obra del templo por su padre mientras era miembro de la congregación de Charles F. Solomon.

El presidente John Taylor llamó una vez al hermano Solomon y le mostró la marca de bala en su brazo izquierdo que había recibido en el momento del martirio del profeta José Smith.

Estas experiencias se registran aquí porque representan testimonios de aquellos que conocieron personalmente al Profeta y a los Tres Testigos.

Comenzaron a llegarme honores durante estos años.

En el banquete anual de la Cámara Juvenil de Comercio de Salt Lake, el 24 de enero de 1957, quedé completamente sorprendido al ser nombrado “Joven Sobresaliente del Año de la ciudad de Salt Lake.” El premio fue entregado por el gobernador George D. Clyde. También asistieron el alcalde Stewart y—lo mejor de todo—Dantzel, Madre y Papá, quienes fueron debidamente reconocidos. Fue una experiencia conmovedora y sorprendente. Recibí una llave, una placa y un certificado enmarcado.

Esta entrada de mi diario del 17 de febrero de 1957 es autoexplicativa: «(Cumpleaños número 31 de Dantzel). Nuevamente fuimos invitados por la Cámara Juvenil de Comercio a asistir a un banquete en el Hotel Newhouse—esta vez para ser uno de los tres seleccionados como jóvenes sobresalientes del Estado. Eggert de American Fork y Meyers de Ogden fueron los otros dos. Me alegró que Dantzel, Madre y Papá estuvieran allí. Ciertamente ellos han sido responsables de cualquier bien que yo haya hecho.»

Así que, en el espacio de seis cortas semanas, llegaron cinco reconocimientos importantes:
(1) Candidato Markle de la Escuela de Medicina de Utah, con viaje a Colorado;
(2) elección a la Sociedad de Cirujanos Universitarios;
(3) premio de la Cámara Juvenil de Comercio de Salt Lake City;
(4) premio de la Cámara Juvenil de Comercio del Estado de Utah;
(5) concesión de la beca Markle.

“Naturalmente, esto es a la vez halagador y desafiante. Para mí, es una evidencia de la veracidad del evangelio. Particularmente en estas reuniones Markle, donde la competencia era tan intensa, con científicos muy brillantes de todos los Estados Unidos y Canadá, debo la victoria a las enseñanzas del Señor reveladas por medio de sus profetas en la Iglesia. Sé que yo solo no soy tan digno. Muchos eran más inteligentes y mucho más destacados científicos que yo. Pero el juicio se basaba en motivaciones y valores. ¿Dónde podría alguien recibir mejor instrucción en estos aspectos que la que yo he tenido en mis estudios del evangelio? Entre tanta competencia, esta fue una de las pocas maneras en que pude ser diferente. Al ser miembro de la Iglesia, quedé de inmediato señalado como distinto. No solo traté de emular las enseñanzas, sino que activamente defendí los principios del evangelio aplicados a cada tema que surgió en los debates. Estoy seguro de que me observaron con atención para ver si me mantendría firme en mis convicciones. Al pensar en mis innumerables bendiciones—todas estas, más las de mi fiel esposa, Dantzel; mis hijas angelicales; mis siempre solícitos padres; el sacerdocio; nuestro matrimonio eterno en el templo—estoy seguro de que soy bendecido mucho más allá de mi capacidad o merecimiento; pero aquí expreso mi gratitud.”