CAPÍTULO 28

Gloria

Gloria nació en Washington, D.C., a la 1:42 p.m. del 21 de septiembre de 1952, con un peso de 9 libras 10 ¼ onzas y una estatura de 21 ¾ pulgadas. Ella y Wendy fueron nuestros dos bebés de “oferta”. Como estábamos en el ejército en ese tiempo, nuestros gastos personales por sus nacimientos fueron de menos de cinco dólares cada uno. La maravillosa y aparentemente milagrosa manera de su llegada en día de reposo (véase Capítulo 10, p. 81) nos llevó a elegir para ella el nombre de Gloria, para significar nuestro sentimiento de “gloria a Dios en las alturas.”

Gloria siempre fue tan feliz y saludable. De niña, nada parecía afectarla. Hacía calor o frío, fuera de día o de noche, ella sonreía. Incluso en la clambake de Nueva Inglaterra, cuando estaba cubierta de picaduras de mosquito, sonreía tan contagiosamente que todos a su alrededor se alegraban también.

Le encantaba jugar fútbol, béisbol y tenis, tanto que una vez nos dijo que ella era “nuestro niño.” Se convirtió en una experta nadadora y clavadista, llegando finalmente a complementar sus ingresos trabajando como salvavidas y enseñando en el Salt Lake Swimming and Tennis Club y en el Deseret Gymnasium.

La excelencia marcó todo lo que Gloria procuró lograr. Sin embargo, siempre parecía alcanzar la excelencia con facilidad y alegría. Hubo momentos en que las reglas de la familia le parecían un poco restrictivas, pero siempre obedecía una vez que sabía lo que se esperaba de ella.

La hermosa voz de Gloria fue una parte importante de las actividades de canto de nuestras hijas. Generalmente tomaba la parte de contralto, no tanto porque fuera su registro preferido, sino porque su oído para la armonía era tan agudo que encontraba fácil asumir ese papel.

Tocaba el piano, el violín y el acordeón. Disfrutaba del ballet, bailando un año en El Cascanueces en la Universidad de Utah.

Los muchachos iban y venían. Cuando Rich Irion apareció por primera vez, ella dijo que era “solo un amigo.” Sin embargo, con el tiempo, su amistad adquirió una dimensión más rica de amor y apoyo mutuo. Paralelamente, Rich estudió el evangelio y las doctrinas de la Iglesia de Cristo restaurada en la tierra. Su conversión tal vez se vio motivada por su interés en ella, pero el logro fue verdaderamente suyo.

Rich y Gloria se casaron en el Templo de Salt Lake el 14 de marzo de 1974, en una ceremonia realizada por el presidente N. Eldon Tanner. Posteriormente hice un registro de los pensamientos expresados por el presidente Tanner en su consejo a Rich y a Gloria antes de la ordenanza matrimonial:

Consejo dado por el presidente N. Eldon Tanner en el matrimonio de Gloria Nelson y Richard Alan Irion

“¡Qué cosa tan maravillosa es estar entre personas con manos limpias y corazones puros! Rich, aunque no te conozco tan bien como a Gloria, si tú eres la elección de Gloria, tienes mi aprobación. Es un gran privilegio estar en la casa del Señor. El mundo no sabe lo que aquí sucede, ni aprecia plenamente el hecho de que son hijos espirituales de Dios.

“Repasen en su propia mente los convenios que han hecho en el templo. De alguna manera son algo análogo a una póliza de dotación con una compañía de seguros. Si ustedes pagan sus primas a una compañía de seguros, ellos acuerdan pagarles la dotación cuando llegue el momento. En el templo, ustedes levantan su brazo al cuadrado y prometen guardar los mandamientos (pagar sus primas), y el Señor los dota con vida eterna.

“Guarden los convenios que han hecho en el templo. Les prometo que si hacen esto encontrarán éxito y felicidad, serán respetados en este mundo y, en última instancia, regresarán a su Padre Celestial.

“Hagan feliz a la otra persona. Rich, recuerda siempre que esta es tu responsabilidad particular. Su felicidad será siempre tu preocupación. Nadie más puede relevarte de esta responsabilidad.”

“Ámense el uno al otro. Permítanme contarles un par de historias acerca del presidente McKay. Primero, después de que él sufrió un leve derrame cerebral, una noche mientras caminaba hacia el baño, la hermana McKay se despertó, fue a su lado y lo ayudó. Ahora bien, ¿cómo podía una mujer tan pequeña como la hermana McKay ayudar a un hombre tan grande como el presidente McKay? Ella lo ayudó dándole su amor. Esto le dio la fuerza que necesitaba. Ámense el uno al otro, no a la vista del público, sino de la manera apropiada. Un día tuve el privilegio de acompañar al presidente McKay a una reunión en el templo en su silla de ruedas. Mientras emprendíamos el camino, el presidente McKay me detuvo y dijo: ‘Debo regresar a darle un beso de despedida a Emma Ray.’ Así que obedientemente giré la silla de ruedas y regresamos. El presidente McKay le dio un pequeño beso a Emma Ray y luego fuimos a nuestra reunión en el templo. Esto ocurrió después de que habían estado casados por sesenta y cuatro años. Estos son ejemplos de lo que quiero decir cuando les digo: ámense el uno al otro.

“No tengan malentendidos. No se vayan a la cama con un malentendido. Gloria, recuerda que no importa quién tenga la razón, lo que importa es qué es lo correcto. Ustedes son uno. Con esta actitud, los malentendidos pueden resolverse rápida y fácilmente. Nunca se vayan a la cama con un malentendido sin resolver. Solo crecerá más. Aclárenlo y revísenlo mientras van al Señor en oración cada noche, y entonces los malentendidos nunca crecerán.

“Recuerden la razón por la que están aquí: obtener un cuerpo, y luego ser probados guardando los mandamientos o convenios. Recuerden que cada uno de ustedes proviene de un trasfondo familiar diferente y puede haber momentos en los que se pregunten por qué él o ella hace algo de cierta manera. Pero en lugar de cuestionarlo digan: ‘¿No es dulce? Él o ella hace las cosas de una manera diferente o especial, y por eso lo amo.’

“Ustedes saben, una vez estuve en una clase de Escuela Dominical en la que hablábamos de juzgarnos unos a otros. La escritura decía ‘no juzguéis.’ Permítanme decirles cómo juzgar. Ahora, puede sonar presuntuoso de mi parte decir esto después de que las Escrituras dicen ‘no juzguéis’, pero si juzgan buscando lo bueno en las personas, serán bendecidos. Me gustaría contarles la historia de un presidente de estaca. El sumo consejo escribió a las Autoridades Generales sugiriendo que fuera relevado de su cargo. Uno de los miembros del Quórum de los Doce fue enviado a esa estaca para resolver el problema. Convocó al sumo consejo y pidió a cada miembro que encontrara una sola cosa buena acerca del presidente de estaca, y cada uno a su turno citó una cualidad que le gustaba del presidente de estaca. Entonces, cuando el miembro del Quórum de los Doce pidió una votación sobre quién pensaba que el presidente de estaca debía ser relevado de su cargo, no hubo ni un solo voto a favor de esa moción.

“Que no rompan los convenios que han hecho con Dios. Permítanme recordarles que si guardan los mandamientos serán felices, respetados, amados y, en última instancia, podrán regresar a su Padre Celestial. No hay nada más que deseen en la vida, nada.

“Rich, quisiera felicitarte por tus padres. Son personas maravillosas. Tuve el privilegio de visitarlos ayer. Son muy especiales.

“No les he dado muchas escrituras profundas. Les he dado conceptos simples que son fáciles de entender. Están expresados en solo tres palabras en la mayoría de los casos: guarden los mandamientos (convenios), háganse felices, ámense, no tengan malentendidos, obtengan su cuerpo, pruébense a sí mismos, permitan que otros vengan. Si hacen estas cosas, les prometo que tendrán gran gozo y felicidad en su vida.”

El presidente Tanner procedió entonces a realizar la ordenanza del matrimonio celestial, que unió a Rich y a Gloria por el tiempo y por toda la eternidad. Su recepción de bodas se llevó a cabo en la Lion House.

Estamos orgullosos de Rich y Gloria, como lo estamos de todos los demás, y sabemos que el éxito será de ellos, así como lo será para todos los que conocen y viven los mandamientos de Dios. Ella lo apoya fielmente mientras él persigue su carrera elegida como médico, especializándose en obstetricia y ginecología. Están bendecidos con dos dulces hijas:

“Pienso en qué gran privilegio es vivir en esta tierra, ser miembro de la Iglesia de Jesucristo y disfrutar de todos los beneficios y bendiciones que la vida en esta tierra puede traer. Qué bendición es obtener un cuerpo. Ahora recuerden que es igual de importante que cualquier otra persona tenga ese mismo privilegio de obtener un cuerpo también. Esta es su oportunidad y responsabilidad: hacer que esas oportunidades para otros espíritus que están esperando sean una posibilidad real.

“¿Por qué es que las personas a menudo sienten un fuerte compromiso de guardar los convenios que han hecho con otros hombres? Los contratos legales son altamente valorados y vinculantes; pero con frecuencia estas mismas personas quebrantan los convenios que han hecho con Dios. Permítanme recordarles que si guardan los mandamientos serán felices, respetados, amados y, en última instancia, podrán regresar a su Padre Celestial. No hay nada más que deseen en la vida, nada.”

Elizabeth, nacida el 11 de junio de 1975
Kathryn, nacida el 13 de septiembre de 1977