De Corazón a Corazón

CAPÍTULO 29

Brenda


Brenda es nuestra preciosa bebé de Boston, habiendo llegado allí el 3 de febrero de 1954 (véase Capítulo 11, p. 88). Su peso al nacer fue de 9 libras 11 ½ onzas y su estatura de 21 ½ pulgadas.

La bendición de Brenda se realizó el 7 de marzo de 1954 en la reunión de ayuno celebrada en la Harvard Divinity School, Francis Street, Cambridge, Massachusetts. Asistieron J. Howard Maughan, presidente de la Misión de Nueva Inglaterra; John N. Hinckley, primer consejero del presidente Maughan; Truman Grant Madsen; y Melvin A. Herlin, presidente de rama. Registré en mi diario mis recuerdos de la bendición, de la siguiente manera:

La bendición de Brenda 7 de marzo de 1954 — Domingo:

Hoy tuve el honor de dar nombre y bendición a nuestra cuarta hija. Al sostener en mis brazos a esta hermosa niña, me sentí conmovido a decir lo siguiente:

“Padre nuestro que estás en los cielos, en virtud del Santo Sacerdocio de Melquisedec que en nosotros está investido, presentamos ante ti a esta infante para darle un nombre y una bendición. Le damos por nombre Brenda Nelson, por el cual será conocida en los registros de tu iglesia y entre sus asociados.

“Por el poder y autoridad de tu sacerdocio, que poseemos, la bendecimos para que se cumpla la misión por la cual tú la enviaste. Para que esto se logre, la bendecimos con salud vigorosa, fortaleza y un cuerpo sano que funcione normalmente en todo aspecto. La bendecimos con gozo y felicidad. Y ahora le otorgamos el don y la bendecimos con el poder de discernimiento. Por medio del ejercicio de este don, podrá discernir la verdad del error y reconocer las fuerzas del bien de las fuerzas del mal que existen en el mundo de hoy. Por la aplicación de estos dones la bendecimos para que se prepare para el bautismo y la membresía en tu iglesia, para recibir el don del Espíritu Santo y, en el momento oportuno, para casarse en uno de tus templos por el tiempo y por toda la eternidad, preparándose así para ser una de tus escogidas siervas en esta vida y en tu reino en las eternidades por venir.

“La bendecimos con todas las cosas que el Señor vea que son para su bien, y la bendecimos para que conozca las alegrías de la maternidad y las responsabilidades de enseñar el evangelio a sus hijos.

“Oramos para que tus bendiciones estén con sus padres, sus hermanas y sus maestros, para que ellos sean instrumentos en tu mano para presentarle la verdad, a fin de que estas bendiciones se cumplan. La amamos, la apreciamos y le damos este nombre y esta bendición en el nombre del Señor, nuestro Salvador, Jesucristo. Amén.”

Durante los años de Brenda como bebé y niña pequeña, su cabello siempre estaba de punta, como si hubiera puesto un dedo en un enchufe. Cariñosa y tierna, fue una adición especial y amorosa a nuestra familia.

Viajamos mucho durante sus primeros años. A menudo parecía sufrir lo que pudo haber sido una forma de mareo. Invariablemente, sin embargo, afirmaba que su malestar podía aliviarse con un helado. Llegó a ser conocida como nuestra “niña del helado”; el helado era un remedio universal para cualquier contratiempo.

Nuestros viajes familiares y otros prolongados períodos de convivencia nunca fueron aburridos cuando Brenda estaba presente. Ella se convirtió en la cómica de la familia, proporcionando el alivio que solo el humor puede dar en un mundo lleno de dolor y codicia. Curiosamente, este talento se sumaba a su cualidad básica de profunda preocupación y curiosidad. Nunca contenta con superficialidades o con conductas incongruentes, Brenda siempre perseveraba con preguntas penetrantes hasta reconciliar un punto a su total satisfacción.

Esta persistencia le trajo ricos dividendos en sus estudios musicales. Eligió estudiar la flauta y, con el tiempo, lo hizo tan bien que deseábamos que tocara con frecuencia. Sus tonos eran tan suaves y melodiosos, su arte tan evidente y hermoso. Ella y todas las hermanas cantaban muy bien juntas. La música fue y sigue siendo una influencia maravillosa de unión y engrandecimiento en nuestro círculo familiar.

Brenda siempre ha sido un alma tan dulce y especial. Una gran maestra, su notable paciencia con los niños siempre provocó un amor recíproco que se ganó porque ella verdaderamente se preocupaba por ellos.

Cuando Richard L. Miles llegó a nuestro hogar, percibimos su gran valía tan pronto como lo hizo Brenda. Rara vez un hombre tan joven está tan bien calificado.

Irradiaba confianza nacida de la experiencia. Su optimismo alegre brindaba una visión gozosa que animaba cualquier reunión familiar. Su amabilidad y sus atenciones hacia Brenda fueron y son muy apreciadas por este padre, que desearía poder seguir atendiendo constantemente las tiernas necesidades de sus hijas. Sin embargo, el plan del Señor dicta lo contrario; mi gozo ahora proviene de la bondad de Dick hacia Brenda, así como de las mismas cortesías extendidas por los otros esposos de nuestras hijas.

Brenda y Dick se casaron en el Templo de Salt Lake el 16 de diciembre de 1975, en una ceremonia realizada por el élder Thomas S. Monson, del Cuórum de los Doce. Su recepción de bodas se celebró en la Mansión McCune. Más tarde registré mis recuerdos de la ceremonia matrimonial, y los incluyo en este relato con afecto y admiración.

Observaciones del élder Thomas S. Monson en la boda de Brenda Nelson y Richard Lorin Miles

El élder Monson saludó a todas las personas reunidas y luego prosiguió con comentarios introductorios, que fueron más o menos así:

“Es maravilloso estar en el templo. He estado muy cerca del templo recientemente ya que hemos tenido varias asambleas solemnes durante el fin de semana anterior. El presidente Kimball ha presidido esas reuniones, las cuales le han ocupado gran parte de su tiempo. Es interesante que él espera el mismo tipo de devoción y arduo trabajo que él mismo da, y resulta difícil para el resto de nosotros mantener su ritmo.

“Creo que esta es la sala más hermosa del templo. Es la única que conozco con el efecto de antigüedad en los espejos y en algunos de los muebles. Es una sala preciosa: aquí se casó nuestro hijo. Nuestra hija quiso casarse en una sala distinta de aquella en la que se casó su hermano. Es diferente también de la sala en la que la hermana Monson y yo nos casamos. Nos casamos en una sala con espejos, la cual ahora se ha convertido en parte de un hueco de ascensor.

“Pero lo importante no es la sala, sino lo que tiene lugar en la sala; y hoy estamos aquí para realizar un matrimonio celestial. Si le preguntara a Brenda cuál es la parte más importante de la ceremonia que se va a efectuar, creo que ella diría: ‘Vamos a unirnos para la eternidad’, y ciertamente esto es verdad. Pero es más que eso. Es una ordenanza realizada en el templo para calificar para la exaltación. Esta es la culminación de todos los esfuerzos de los padres, de los maestros de la Escuela Dominical, de los consejeros del sacerdocio y de todos en la Iglesia. Todos esos esfuerzos se consuman en la realización de esta ordenanza. De eso se trata todo.

“Ahora, ya han recibido sus propias investiduras anteriormente. Se les dio mucho en aquel momento, más de lo que la mente puede comprender. Por lo tanto, es una oportunidad maravillosa que puedan venir al templo con frecuencia y aprender más cada vez que vengan. Les sugiero que vengan pronto y vengan a menudo. Es interesante observar cómo, cuando los hombres se sientan en una mitad de la sala y las mujeres en la otra, los esposos buscan a sus esposas y las esposas buscan a sus esposos en este maravilloso juego de encontrarse en el templo. Les sugiero que visiten no solo este templo, sino también el Templo de Ogden, el de Provo y el de Manti, y disfruten de los privilegios de esas oportunidades.

“El presidente Brigham Young dijo que al usar las señales y los símbolos de la investidura, pasarán junto a los ángeles.

“Es bueno tener aquí al presidente Eugene D. Bryson, el antiguo presidente de misión de Dick. Presidente Bryson, esta es parte de su recompensa como presidente de misión.

“Durante el transcurso de la ceremonia pediré a Dick y a Brenda que hagan sus votos, y aquellos de ustedes que están escuchando pueden apoyarlos con su amén, si así lo desean.

“Ahora me gustaría hablar con Brenda y Dick como si fueran los únicos en la sala. Ustedes, los demás, pueden escuchar si lo desean.

“El matrimonio es sagrado. Es un gran paso—el mayor que han dado hasta ahora en la vida. Es una gran experiencia de aprendizaje; aprenderán a amarse el uno al otro más de lo que se aman a sí mismos. Alguien sugirió que es bueno que, cuando surjan decepciones o diferencias de opinión, no se enojen ambos al mismo tiempo. El presidente y la hermana McKay fueron quienes emularon este amor tan bien. Dick, desarrolla la misma tierna consideración y compasión por Brenda que el presidente McKay tuvo por la hermana McKay. Y Brenda, hazle saber que lo amas; anímalo a cumplir con su maestría de hogar y a ser activo y hacer lo que debe. No podemos tolerar la falta de esfuerzo como Santos de los Últimos Días. Anímalo a llevar una vida cristiana.

“Este es un gran momento del año para su matrimonio. Está cerca del cumpleaños del profeta José Smith; está cerca de la fecha que conmemoramos con el mundo por el nacimiento del Salvador. Así que siempre recordarán esta época del año con este cariño adicional en sus recuerdos.

“Es natural que se derrame alguna lágrima por parte de las madres y que los padres tengan un nudo en la garganta, lo cual no es fiebre del heno. Estos padres han estado construyendo para este momento durante todos estos años.

“Mi mente me lleva de nuevo a cuando la hermana Monson y yo nos casamos por Benjamin Bowring. Recuerdo un consejo que nos dio y que me gustaría compartir con ustedes. Es una fórmula para evitar los malentendidos. La fórmula es simplemente esta: arrodíllense en oración cada noche. Dick, tú dices la oración una noche, y Brenda, tú la dices la siguiente, y así alternan cada noche, y les prometo que nunca se irán a la cama con diferencias significativas sin resolver. Nos ha funcionado bien durante veintisiete años.

“Recuerdo bien cuando estaba siendo entrevistado por el presidente McKay para convertirme en miembro del Cuórum de los Doce. Le compartí esta fórmula, y él me miró, se rió y me dijo: ‘Emma Ray y yo pensábamos que teníamos la exclusividad de esa fórmula. La hemos estado practicando todos estos años y realmente funciona, y me alegra saber que ustedes están siguiendo la misma fórmula.’ Así que Brenda y Dick, si siguen esta misma fórmula, encontrarán gran felicidad y serenidad en su vida matrimonial.»

En ese momento, el élder Monson invitó a Brenda y a Dick al altar y procedió a realizar la santa y sagrada ordenanza del matrimonio celestial, la cual fue presenciada por Lorin C. Miles, Jr., padre de Dick, y por mí como testigos oficiales, además de una sala llena de familiares, amigos y seres queridos.

Después de que la ceremonia terminó, el élder Monson invitó a Brenda y a Dick al lado oeste del altar, mirando hacia el este, en dirección al espejo, y allí los invitó a observar sus reflejos desde los espejos a ambos lados de la sala. El élder Monson dijo: «Ahora me haré a un lado, y ustedes verán nada más que millas (Miles) hasta donde alcance la vista.» Todos rieron y luego saludaron afectuosamente a los nuevos esposos.

Brenda ahora enseña a niños pequeños en la escuela; Dick trabaja como constructor y contratista, habiendo edificado dos casas para ellos en sus tres primeros años de vida matrimonial. Además, Dick contribuyó de manera significativa a la construcción de nuestra casa en Midway. En ese esfuerzo fue asistido por Chris, Norman, Rich, las hermanas y Russ.

Típico de la generosidad de Brenda fue un concierto que ella y cuatro amigas ofrecieron en la Navidad de 1978. Cantaron, tocaron sus instrumentos y proveyeron refrigerios para familiares y amigos que tuvieron el privilegio de asistir.

Talentosos y gentiles, Dick y Brenda tienen un gran futuro juntos.

Esta entrada fue publicada en Sin categoría y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

1 Response to De Corazón a Corazón

  1. Avatar de Desconocido Anónimo dice:

    Preciosa introducción de parte de la primera esposa de nuestro querido profeta Russell M.

    Nelson . Muchas gracias 😘 🙂 😊

    Me gusta

Deja un comentario