CAPÍTULO 32

Laurie

Laurie fue nuestra primera hija en nacer en el Hospital SUD. Como ya se había tomado la decisión de dejar la Universidad de Utah y el Hospital General del Condado de Salt Lake, contratamos al Dr. Mervyn S. Sanders como nuestro obstetra en el Hospital SUD. Al ser este el séptimo embarazo, no anticipamos ninguna dificultad y quedamos algo sorprendidos cuando la presentación de Laurie fue diferente a las anteriores, lo que resultó en un trabajo de parto prolongado y difícil que finalmente culminó con su llegada el 27 de abril de 1959. Ella también fue un bebé grande, pesando 10 libras 10 onzas y midiendo 22 pulgadas de estatura. Poseía un espíritu apacible y dulce que fue evidente para mí desde el mismo momento de su nacimiento.

Más tarde, mientras estaba sentado al lado de Dantzel en la habitación 571 del hospital, esperábamos nuestra primera visita con nuestra hija recién nacida. Anhelábamos ese momento, pues aparte de la necesaria participación en la experiencia del parto, Dantzel aún no había visto a la nueva bebé. Mientras aguardábamos, quedé absolutamente asombrado al escuchar a Dantzel decir: “Oigo a nuestra bebé llorar.”

“Estás bromeando” respondí. “Todavía no has visto a nuestra bebé.”

Pero ella insistió: “Esa es nuestra bebé. Reconozco su voz.”

Siendo yo el escéptico científico de la familia, salí de la habitación y bajé al pasillo central, donde vi el gran carro que transportaba a todos los bebés desde la nursery hasta sus madres. Solo había un bebé llorando. Todos me parecían iguales, así que revisé la etiqueta de identificación de cada uno y encontré que el que lloraba estaba marcado como “Niña Nelson, Habitación 571.”

Esto fue, sin duda, una inspiración para mí, pues Dantzel reconoció la voz de su hija incluso antes de haberla escuchado nunca. Me recordó la declaración del Salvador: “Mis ovejas oyen mi voz.”

Con los años, Laurie ha sido sensible a la voz del Señor. Al igual que sus hermanas, su preocupación primordial ha sido aprender y hacer lo correcto. Ser padres de hijos así ha sido un puro deleite para Dantzel y para mí.

Destacándose en los estudios, la música y la danza, Laurie ha demostrado una versatilidad poseída por pocos de sus compañeros. Además, ha atraído amistades con gran facilidad.

Laurie tuvo un papel protagónico en la producción de Bye, Bye Birdie en East High School; y en la obra A Christmas Carol de Dickens en el Promised Valley Playhouse en 1978, interpretó un papel principal, el de la novia de Scrooge.

Es emocionante contemplar el futuro de Laurie. Con su potencial natural, energizado por su celo y enfocado por su deseo de hacer lo correcto, tendrá gran éxito en todo lo que emprenda. La amamos entrañablemente, como a cada uno de nuestros hijos escogidos.

Su bendición fue dada el 7 de junio de 1959. El siguiente relato está tomado de mi diario de ese día:

Bendición de Laurie – 7 de junio de 1959

En la reunión de ayuno de hoy tuve el privilegio y honor excepcional de presentar a nuestra séptima hija delante del Señor para recibir un nombre y una bendición. Según recuerdo, las palabras fueron las siguientes:

“Padre nuestro que estás en los cielos, en este glorioso día de reposo presentamos ante ti a esta preciosa hija para un nombre y una bendición. El nombre que se ha escogido para ella es Laurie Nelson, por el cual será conocida en los registros de tu Iglesia y entre sus semejantes.

“Por el poder del Santo Sacerdocio de Melquisedec que en nosotros reposa, te bendecimos, Laurie, para que se cumpla la misión en la vida para la cual fuiste enviada. Para que esto sea posible, te bendecimos con salud, fortaleza, gozo y felicidad a lo largo de tu vida.

“Te bendecimos con el don de discernimiento, para que mediante este don puedas escoger entre lo correcto y lo incorrecto, y elijas prepararte para la membresía en la Iglesia y para recibir el don del Espíritu Santo. No pedimos que seas librada de problemas, sino que recibas fortaleza para resolverlos y escoger lo correcto. Por encima de todas las bendiciones, te bendecimos para que seas digna de un matrimonio en el templo. Te bendecimos para que tengas el privilegio de ser madre y conozcas el gozo de criar a tu familia en la Iglesia.

“Bendecimos a tus padres, hermanas y maestros para que sean instrumentos en enseñarte los principios del evangelio y los caminos de la rectitud.

“Te amamos, te apreciamos y damos gracias a nuestro Padre Celestial por tu llegada segura. Te damos este nombre y bendición por el poder del Santo Sacerdocio de Melquisedec en nosotros conferido, y en el nombre de Jesucristo. Amén.”

En el círculo participaron Paul W. Cox (primer consejero), Dan Thulin y Gordon Young. Presentes en la congregación estaban Dantzel, Madre White, Marsha, Wendy, Gloria, Brenda, Sylvia y Emily.