El primer libro de Nefi

Tu estudio de — El Libro De Mormón
Primera Parte:
1 Nefi Hasta Palabras de Mormón

Primer Nefi Capítulo 14

Nos hallamos ante el último capítulo de la visión de Nefi, en la que nos ha mostrado las cosas que su padre, Lehi, vio. En este nos mostrará cosas referentes a los últimos días, incluyendo los días en que vivimos ahora. El ángel que se menciona en el versículo 40 del capítulo 13 todavía está dirigiendo la visión que está teniendo Nefi y le está explicando las cosas está viendo y sintiendo.

En los siguientes versículos, el tema principal es el de tener a Dios a nuestro lado a través de la rectitud personal, incluso si vivimos en un mundo inicuo. Este mensaje es de vital importancia para todos nosotros.

1 Y SUCEDERÁ que si los gentiles (las personas a las que llegará primero el evangelio en los últimos días) escucharen al Cordero de Dios el día (los últimos días) en que él mismo se manifieste a ellos, tanto en palabra, como también en poder, real y verdaderamente, para quitar sus tropiezos (tropiezos mencionados en 1 Nefi 13:26—29),

2 y no endurecieren sus corazones contra el Cordero de Dios (es decir, si aceptan y viven fielmente el evangelio), serán contados entre la posteridad de tu padre (serán considerados dignos y rectos, así como lo eran Nefi y otros descendientes justos de Lehi); sí, serán contados entre los de la casa de Israel (una frase típica en las escrituras que significa que recibirán todas las bendiciones de Abraham, Isaac y Jacob, los cuales ya se han convertido en dioses [véase DyC 132:37]; en otras palabras, una manera de decir que recibirán la exaltación); y serán para siempre un pueblo bendito sobre la tierra prometida (simboliza alcanzar el cielo, la gloria celestial, y vivir en la presencia del Padre y de Cristo para siempre), y no serán llevados más al cautiverio (Satanás ya no tendrá éxito contra ellos); y la casa de Israel ya no será confundida (detenida, desviada).

3 Y ese profundo abismo (la trampa de Satanás para nosotros; el infierno; las tinieblas de afuera) que ha cavado para ellos esa grande y abominable iglesia (la iglesia del diablo; todo aquello que Satanás hace y trata de hacer para atraparnos y destruirnos; véase 1 Nefi 14:10), la cual establecieron el diablo y sus hijos (sus seguidores) para conducir las almas de los hombres al infierno, sí, ese profundo abismo que ha sido cavado para la destrucción de los hombres, se llenará con aquellos que lo abrieron (los inicuos o malvados terminan por destruirse a sí mismos; véase Mormón 4:5), hasta su completa destrucción, dice el Cordero de Dios; no la destrucción del alma, a menos que sea el arrojarla en aquel infierno que no tiene fin.

En el versículo 3, arriba, encontramos esta frase, “. . . .no la destrucción del alma”, la cual es una declaración doctrinal muy importante. Nunca nadie podrá o dejará de existir, nunca. Una vez tuve una estudiante que me preguntó si yo sabía de algún pecado que ella pudiera cometer que trajera como consecuencia el que ella dejara de existir completamente. Ella me explicó que sabía que después de nuestra muerte, y después que nuestro cuerpo mortal finalmente se descomponga, nosotros todavía seguiremos existiendo como seres de espíritu hasta la resurrección. Entonces me dijo que ella quería que su espíritu y su inteligencia también dejaran de existir. Con mucho tacto le expliqué que esto no podía ser así. Entonces, con la ayuda de su buen obispo, sus problemas se solucionaron y su vida, una vez más volvió a tener gran valor. El asunto aquí es que ya somos seres eternos y que la “destrucción del alma”, de que se habla en el versículo 3, arriba, significa la cautividad (sujeción) total del alma a manos del diablo, y permanecer bajo dicho cautiverio para siempre (véase Alma 34:35). Esta cautividad “para siempre” solo se aplicaría a los hijos de perdición, pues todos los demás están fuera del alcance de Satanás (véase la visión de los tres grados de gloria y los hijos de perdición-tinieblas de afuera-en Doctrina y Convenios, sección 76).

Tengamos presente que la frase “tinieblas de afuera”, puede referirse, según el contexto, a los hijos de perdición o a la prisión espiritual (véase Alma 40:13).

4 Porque he aquí que esto va de conformidad con la cautividad del diablo, y también con la justicia de Dios (la ley de la justicia), sobre todos los que (de su propia voluntad o deseo) cometan iniquidades y abominaciones (maldades terribles cometidas abiertamente y con clara intención) ante él.

De acuerdo con el versículo 4, arriba, es interesante notar que la auto-destrucción (el no arrepentirse de la iniquidad personal) también sigue unas reglas.

La profecía en el versículo 5, a continuación, es lo que podríamos llamar una “profecía condicional”, lo cual significa que existe la relación de la condición “si—entonces”. En otras palabras, “Si hacen o no hacen… lo que sea el tema en cuestión. . . entonces esto o aquello acontecerá”.

Es el tipo de profecía que nos recuerda que tenemos albedrío, y que dependiendo del uso que hacemos de nuestro albedrío, estamos decretando nuestro futuro. Ahora, por razones de enseñanza y énfasis, usaremos subrayado y negrita.

5 Y aconteció que el ángel me habló a mí, Nefi, diciendo: Tú has visto que si los gentiles se arrepienten (condición), les irá bien (resultado); y también sabes acerca de los convenios del Señor con la casa de Israel; y también has oído que el que no se arrepienta deberá perecer.

6 Por lo tanto, ¡ay de los gentiles, si es que endurecen sus corazones contra el Cordero de Dios!

7 Porque viene el día, dice el Cordero de Dios, en que haré una obra grande y maravillosa entre los hijos de los hombres, una obra que será sempiterna, ya para una cosa u otra; ya para convertirlos a la paz y vida eterna, o entregarlos a la dureza de sus corazones y ceguedad de sus mentes hasta ser llevados al cautiverio, y también a la destrucción, tanto temporal (literalmente muertos aquí, en la vida mortal) como espiritualmente (en lo que concierne a la espiritualidad personal y la rectitud), según la cautividad del diablo, de la cual he hablado.

Los versículos de arriba son un claro recordatorio de la función que nuestro albedrío desempeña en nuestra última “ubicación” en la eternidad. Nuestras decisiones tienen consecuencias eternas. Como conclusión, ahora estamos viviendo la experiencia de la “Universidad de la Tierra”, en la que estamos tomando nuestras últimas decisiones de cara a nuestra ubicación o destino eterno. Considera que nos hemos estado preparando durante eternidades de tiempo (eones) en la vida premortal para llegar a esta prueba final, y ahora la estamos tomando.

8 Y aconteció que cuando el ángel hubo hablado estas palabras, me dijo: ¿Recuerdas los convenios del Padre con la casa de Israel? (Por cierto, se pueden revisar estos convenios al leer Abraham 2:9-11, en tu libro, Perla de Gran Precio). Yo le contesté: Sí.

9 Y sucedió que (el ángel) me dijo: Mira, y ve esa grande y abominable iglesia que es la madre de las abominaciones (la cual produce una corrupción y maldad terribles), cuyo fundador es el diablo.

Solo hay que dar una mirada a las noticias (periódicos, televisión, internet, etc.) para darnos cuenta de la grave corrupción y terrible maldad que inspira la “grande y abominable”.

10 Y me dijo: He aquí, no hay más que dos iglesias solamente; una es la iglesia del Cordero de Dios, y la otra es la iglesia del diablo; de modo que el que no pertenece a la iglesia del Cordero de Dios, pertenece a esa grande iglesia que es la madre de las abominaciones, y es la ramera de toda la tierra (la que pervierte, confunde y trata de destruir los planes de Dios por toda la tierra en todo momento).

Esta es una doctrina básica y muy fuerte (la del versículo 10, arriba). Se refiere a que al final solo hay dos equipos o dos posiciones que podemos tomar. O bien estamos con Dios o con el diablo. Muchas personas no se sienten cómodas al tener que reducir las opciones a tan simples términos. En verdad, parte del astuto plan de engaño de Satanás es que haya muchas opciones intermedias y que podemos esperarnos a un tiempo futuro para tomar decisiones que demuestren nuestra lealtad a Dios o al diablo.

Además, solo hay dos “iglesias”. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se presenta en solitario como la iglesia verdadera y se da a conocer a sí misma, sola e independiente en gloria y poder haciendo que la exaltación esté disponible a todos los que vienen a Cristo. Todas las influencias que desvíen a las personas lejos de los compromisos y convenios disponibles en la iglesia verdadera se consideran parte de la otra “iglesia” o el “reino del diablo” tal y como se declara en 1 Nefi 22:22.

Debemos tener cuidado de no rebajar o menospreciar a todas las iglesias Cristianas y no-cristianas al haber leído el versículo 10, arriba. En verdad, DyC 10:52 nos recuerda que no debemos “destruir” lo que saben otras iglesias; por el contrario, debemos entender que nuestra iglesia complementa las carencias que existen en las doctrinas y enseñanzas de otras iglesias y así las edifica y completa lo que estas ya han comenzado.

A continuación, en el versículo 11, se usa un lenguaje fuerte para describir el reino y el poder de Satanás en los últimos días. Aquí, la palabra «ramera” significa “tomar aquello que es puro, santo y bueno, y transformarlo para que su uso produzca destrucción, degradación, suciedad, e incluso destruya la rectitud o integridad personal”. La imagen de la “ramera” (Satanás y sus seguidores malvados) sentados sobre las “muchas aguas” bien nos puede recordar a las “aguas sucias”, que por ejemplo, tienen lugar durante una inundación en el sótano de una casa. Estas aguas sucias tratan de “alcanzar y meterse” en todo lugar y todo objeto. Así pues, Satanás, en los últimos días, será muy poderoso e intentará “alcanzar y meterse” en cada aspecto de nuestras vidas.

11 Y aconteció que miré y vi a la ramera de toda la tierra (el reino de Satanás en los últimos días), y se asentaba sobre muchas aguas (simbólico de la habilidad para meterse en cada aspecto de la sociedad); y tenía dominio (gran poder) sobre toda la tierra, entre todas las naciones, tribus, lenguas y pueblos.

A continuación, Nefi verá que en los últimos días, tras la restauración del evangelio por medio de José Smith, la iglesia, a pesar de ser relativamente pequeña en su número de miembros, tendrá influencia por todo el mundo. Esta profecía ya ha empezado a cumplirse. El informe de membresía dado en Octubre de 2013 indica que la iglesia ya ha alcanzado los 15 millones de miembros en congregaciones localizadas en el 85% de todas las naciones y territorios del mundo. Y este número sigue creciendo a medida que los gobernantes abren sus puertas a la libertad de expresión religiosa. Esto es un milagro considerando los humildes comienzos de la iglesia hace 183 años. El Señor siempre prepara el camino para que Su palabra se cumpla.

12 Y sucedió que vi la iglesia del Cordero de Dios (la iglesia verdadera), y sus números eran pocos a causa de la iniquidad y las abominaciones de la ramera que se asentaba sobre las muchas aguas (debido al poder y dominio de Satanás). No obstante, vi que la iglesia del Cordero, que eran los santos de Dios, se extendía también sobre toda la superficie de la tierra; y sus dominios sobre la faz de la tierra eran pequeños, a causa de la maldad de la gran ramera a quien yo vi.

13 Y ocurrió que vi que la gran madre de las abominaciones (Satanás y sus seguidores malvados) reunió multitudes sobre toda la superficie de la tierra, entre todas las naciones de los gentiles, para combatir contra el Cordero de Dios. (Satanás tendrá muchos “aliados” en los últimos días, a medida que hace la guerra en contra de la predicación y expansión del evangelio verdadero de Cristo).

El versículo 14, a continuación, es muy reconfortante y esperanzador. Se nos recuerda que en realidad no estamos solos (negrita agregada para enfatizar).

14 Y aconteció que yo, Nefi, vi que el poder del Cordero de Dios descendió sobre los santos de la iglesia del Cordero y sobre el pueblo del convenio del Señor, que se hallaban dispersados sobre toda la superficie de la tierra; y tenían por armas su rectitud y el poder de Dios en gran gloria.

Seguidamente, Nefi verá “guerras y rumores de guerras”. Estas guerras son una de las señales más significativas de los tiempos (últimos días), indicando que la Segunda Venida del Salvador no está muy lejos.

15 Y sucedió que vi que la ira de Dios se derramó sobre aquella grande y abominable iglesia, de tal modo que hubo guerras y rumores de guerras entre todas las naciones y familias de la tierra.

16 Y cuando empezó a haber guerras y rumores de guerras entre todas las naciones que pertenecían a la madre de las abominaciones (la cual sigue los objetivos y estándares personales de Satanás), me habló el ángel, diciendo (ahora el ángel enfatizará y explicará a Nefi algunos conceptos clave y enseñanzas de esta visión): He aquí, la ira de Dios está sobre la madre de las rameras (los inicuos, el reino de Satanás); y he aquí, tú ves todas estas cosas;

Tal como se indica arriba, el ángel está revisando ahora los elementos clave de la visión, los cuales llevan a la restauración de la iglesia verdadera en los últimos días.

17 y cuando llegue el día en que la ira de Dios sea derramada sobre la madre de las rameras, que es la iglesia grande y abominable de toda la tierra, cuyo fundador es el diablo, entonces, en ese día, empezará la obra del Padre, preparando la vía para el cumplimiento de sus convenios que él ha hecho con su pueblo que es de la casa de Israel. (En otras palabras, cuando llegue el tiempo, tal cual se ilustra en la visión, el evangelio será restaurado, y comenzará a cumplirse la profecía pronunciada tiempo atrás referente al recogimiento de Israel. Nefi está viendo nuestros días).

18 Y aconteció que el ángel me habló, diciendo: ¡Mira!

19 Y miré, y vi a un hombre (Juan, el apóstol amado, el mismo que escribió el Libro del Apocalipsis de nuestra Biblia; véase el versículo 27 en este capítulo), que estaba vestido con un manto blanco.

Recordemos por un instante que en las escrituras hay mucho simbolismo. Juan está vestido de blanco, lo cual simboliza pureza y dignidad para estar en la presencia de Dios. Además está vestido con un manto, lo cual es símbolo de que, ha hecho convenios y los ha guardado con éxito, y por lo tanto es digno de la exaltación, la deidad.

20 Y el ángel me dijo: ¡He ahí uno de los doce apóstoles del Cordero!

21 He aquí, él verá y escribirá el resto de estas cosas (las cosas que tú, Nefi, verás a continuación en esta visión); sí, y también muchas que han sucedido.

22 Y escribirá también sobre el fin del mundo.

23 Por tanto, las cosas que él escriba son justas y verdaderas; y he aquí, están escritas en el libro (la Biblia) que tú has visto salir de la boca del judío. Y en la época en que salieron de la boca del judío, o sea, cuando el libro salió de la boca del judío, las cosas que estaban escritas eran claras y puras, y las más preciosas y fáciles para el entendimiento de todos los hombres. (Es decir, cuando el Libro del Apocalipsis fue escrito por Juan el amado, era sencillo, claro y fácil de entender).

24 Y he aquí, las cosas que este apóstol del Cordero escribirá son muchas de las que tú ya has visto; y he aquí, el resto tú lo verás.

25 Pero las que verás en adelante, no escribirás; porque el Señor Dios ha ordenado que las escriba el apóstol del Cordero de Dios.

Esta instrucción dada a Nefi es fascinante. Nefi ahora verá muchas más cosas, las cuales conducen al fin de la tierra. Sin embargo, no es su mayordomía escribirlas. Es la mayordomía del apóstol Juan, quien casi 700 años en el futuro verá las mismas cosas que Nefi podrá ver ahora. Juan es el que escribirá estas cosas para que las leamos nosotros. Estos escritos de Juan se encuentran en la Biblia, en el Libro del Apocalipsis.

Desafortunadamente, el Libro del Apocalipsis es muy difícil de entender para muchas personas. Sin embargo, aquellos que ponen el esfuerzo requerido para estudiarlo y entenderlo, este libro llega a convertirse en un libro precioso y en una revisión doctrinal maravillosa del Plan de Salvación. Contiene varias doctrinas, las cuales no se han incluido o se han quitado intencionalmente de los otros libros en la Biblia. Quizás quieras recibir ayuda extra para entender mejor el Libro de Apocalipsis. Si es así, puedes leer las notas del Libro del Apocalipsis tal cual aparecen en el libro “The New Testament Made Easier, Part 2″, por David J. Ridges, publicado por Cedar Fort Inc., 2003).

26 Y ha habido también otros a quienes el Señor ha mostrado todas las cosas, y las han escrito; y han sido selladas, según la verdad que está en el Cordero, para aparecer en su pureza a la casa de Israel en el propio y debido tiempo del Señor.

El versículo 26, arriba, nos informa de que todavía existen otros registros sellados, los cuales, algún día estarán disponibles para el pueblo del Señor por el poder de Dios. Este versículo debe haber sido fascinante para José Smith, al darse cuenta de que habría otros que también estarían involucrados en sacar a la luz otros registros antiguos.

27 Y yo, Nefi, oí, y testifico que el nombre del apóstol del Cordero era Juan, según la palabra del ángel.

El Juan que se menciona arriba, fue el apóstol que escribió el Evangelio de San Juan, además de las tres epístolas universales de Juan (1 Juan, 2 Juan y 3 Juan), y también el Libro del Apocalipsis.

Él fue el mismo que sirvió en la “Primera Presidencia” de la iglesia después de la ascensión del Salvador al cielo. Fue esta misma “presidencia”, compuesta por Pedro, Santiago y Juan, quienes restauraron el Sacerdocio de Melquisedec a José Smith y Oliver Cowdery (véase DyC 27:12).

A continuación, Nefi se prepara para terminar la narración de su visión, y nos recuerda que está siguiendo las instrucciones del ángel, por lo tanto no debe escribir el resto de lo que vio en la visión.

28 Y he aquí que a mí, Nefi, se me prohíbe escribir el resto de las cosas que vi y oí; por lo que me basta con las que he escrito; y no he escrito más que una pequeña parte de lo que vi. (Sería interesante si algún día pudiéramos pasar un rato con Nefi, cuando él tenga tiempo, para que nos cuente el resto de lo que vio en su visión, si es que se le permite).

29 Y doy testimonio de que yo (Nefi) vi las cosas que mi padre vio, y el ángel del Señor me las hizo saber.

30 Y ahora ceso de hablar tocante a las cosas que vi cuando fui llevado en el espíritu; y si todas las cosas que vi no están escritas (quizás, Nefi nos esté diciendo, “No tengo tiempo, energía o espacio suficiente en estas planchas para grabar todo lo que se me está permitido escribir, por lo tanto. . .”), las que he escrito son verdaderas. Y así es. Amén.

Aquí se termina la visión de Nefi.

Primer Nefi Capítulo 15