Un Nuevo Testigo de Dios, Volumen 2


TERCERA PARTE

Las Evidencias de la Veracidad del Libro de Mormón

Capítulo 14

Clasificación de las evidencias


Las evidencias que se presentarán en favor de la veracidad del Libro de Mormón se dividen naturalmente en dos grandes categorías, cada una de las cuales admite varias subdivisiones. Las dos grandes divisiones de las evidencias son:

  1. Evidencias Externas.
  2. Evidencias Internas.

Por supuesto, por evidencias en general me refiero a aquellos hechos o elementos que, ya sea de manera directa o indirecta, considerados por separado o en conjunto, constituyen una prueba de la verdad que se defiende en estas páginas—la verdad del Libro de Mormón.

Por evidencias externas me refiero a aquellos hechos que están fuera del libro mismo, pero que tienden a establecer su veracidad; tales como el testimonio de los Testigos Especiales que Dios levantó y calificó por revelación directa para testificar de la verdad del libro. También el testimonio de aquellos que, por haber visto y manipulado las planchas nefitas, fueron capacitados para testificar sobre su existencia y apariencia. Esta evidencia incluirá la concordancia entre la ubicación de los antiguos centros de civilización americana según el Libro de Mormón, y la existencia de ruinas de templos, pirámides, montículos, obras de antiguas fortificaciones, caminos y ciudades—en una palabra, la evidencia de la arqueología americana. También se incluyen las evidencias provenientes de las tradiciones y costumbres de los habitantes de América que estaban en posesión de la tierra al momento de la llegada de los europeos, y que en gran parte son descendientes del pueblo ilustrado del que el Libro de Mormón es una historia abreviada. Asimismo, las evidencias halladas en las revelaciones, profecías y promesas de las Escrituras Hebreas—es decir, la evidencia de la Biblia en apoyo de la veracidad del libro. También se consideran las instituciones a las que puede decirse que el libro dio origen—el testimonio que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días da en cuanto a su verdad.

Por evidencia interna me refiero a aquellos hechos que pueden extraerse del libro mismo, de su estructura, y de su coherencia con la teoría de su composición; de sus doctrinas y su concordancia con las revelaciones de Dios en las Escrituras judías; de su tono moral e influencia espiritual; de la manera en que se entrelaza con la historia del pasado y se vincula con los propósitos futuros de Dios tal como han sido revelados a la humanidad; del cumplimiento de sus profecías y promesas; del carácter general de su contenido, las verdades que enfatiza, y la importancia de su mensaje para la humanidad.

Tendré ocasión de hablar de evidencias directas e indirectas; de evidencias positivas y presuntivas; pero todo esto se desarrollará conforme avance la exposición de las evidencias y los argumentos. Sin embargo, quisiera decir antes de concluir estas observaciones preliminares, que no es mi intención basarme en una sola rama de la evidencia para establecer la veracidad del Libro de Mormón; se pretende que la evidencia sea acumulativa; y ciertamente espero, mediante una consideración cuidadosa de todas las evidencias, externas e internas, directas e indirectas, en cada categoría, establecer la verdad del Libro de Mormón de manera que toda persona de mente abierta vea motivos razonables para tener fe en él como un volumen adicional de Escritura Sagrada, otro Testigo de la Verdad tal como se halla en Cristo Jesús nuestro Señor.

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